Varias cajas humedecidas y roídas por ratas, cristales rotos y basura acumulada son algunos de los ‘atractivos’ que se puede encontrar uno al visitar la fábrica de ron de caña de azúcar, de propiedad municipal, que es un símbolo de la historia teldense y que iba a ser un museo etnográfico. Vecinos y colectivos piden que no se abandonen las instalaciones en San Juan.
La Provincia, 16-11-2008
MARCOS ÁLVAREZ
El edificio no está abandonado y sin utilizar», asegura la directora de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Telde, María Jesús Hernández, quien destaca que «todas las tardes va la banda de música a ensayar desde hace meses».
Hernández indicó también que la antigua fábrica que hacía ron de caña de azúcar «está habilitada para ser la sede de un taller de empleo. Se ha presentado un proyecto de taller al Servicio Canario de Empleo que tendría, como todos, una duración de dos años y destinado para una veintena de alumnos. En un mes o algo menos podremos saber si nos concede ese taller o no». «El edificio no está abandonado», subraya también la directora de Desarrollo Local.
Sin embargo, la imagen de las instalaciones que tienen vecinos y representantes culturales y sociales es otra distinta. La mayoría reclaman que se le dé un mayor uso y provecho a esta emblemática máquina de azúcar. Algunos de los aspectos negativos que denuncian varios colectivos, entre ellos la Guía Histórico Cultural de Telde, y en relación al edificio son, entre otros: que haya cajas de cartón humedecidas y roídas por las ratas; basura acumulada; maquinarias oxidadas; mercancía y documentación al alcance de todos; y que las ventanas tengan los cristales rotos de los inmuebles principales que están pegados a la circunvalación que une el puente de los Siete Ojos, en el barranco Real de Telde, con la parte alta de San Juan y con la carretera que da acceso a otros barrios teldenses y a Valsequillo.
María Jesús Hernández entiende que «esto se debe a las pedradas de los vándalos. No es nada nuevo que suceda. No descartamos que pronto tomemos medidas, aunque hay que tener en cuenta que es un edificio protegido y que Patrimonio Municipal es el que tiene que tomar cartas en el asunto».
REPASO. El edificio de la máquina de azúcar de San Juan fue adquirido por parte del Ayuntamiento en 1997 y desde entonces han pasado por ahí varias escuelas taller «para rehabilitar y conservar partes del edificio para convertirlo en un museo etnográfico, pero en la actualidad no ha sido así», reprochan distintos colectivos.
Lo cierto es que el inmueble sirvió como plató y para las localizaciones de distintas películas. Ahí se rodó, como en otros rincones del municipio, escenas de la película La vida según Ofelia, del director cubano Rolán Díaz, en abril de 2006. Asimismo, el cineasta Luis Lobos filmó en el mismo lugar para la película Quemando suerte en octubre de 2007. Para muchos se trata de un pasado lejano.