Turcón presente en el Pregón de las Fiestas de Las Nieves-2010: Lomo Magullo de Telde

Pregón Fiesta de Las Nieves 2010.

Lomo Magullo

Pregón de Suso Herrera

En primer lugar, dar las gracias  a la Comisión de Fiestas por brindarme la oportunidad de ser  pregonero, esto es uno de los máximos honores que puede tener un hijo del pueblo, que no se pierde una fiesta, una romería ni  una Traída del Agua , a menos que una fuerza mayor  lo impida.  Cuando me llamaron  de la comisión pensé que era para preparar algo para la romería, luego entendí algo de pregonar y pensé que tenía que ir pregonado sardinas frescas y dije, yo lo que sé es tocar el timple, pero ya luego me dí cuenta que me tocaba hacer el pregón de Las Fiestas de Lomo Magullo, menuda responsabilidad.

Lo primero que hice fue abrir un botellín, cerrar los ojos e imaginarme estar sentado en el patio de mi casa debajo de la parra. En ese momento me vinieron a la cabeza un montón de recuerdos de niño e historias contadas por los mayores y de así comencé a preparar el pregón.

Con la llegada del verano se percibe el  olor a fiesta, y  surge las mismas preguntas de todos los años ¿ Cuándo cae el día de Las Nieves? ¿ Y la Traída del Agua?,  ¿y quién es el pregonero…?, por cierto, ¿ saben ustedes quien es el pregonero?

Me gustaría comenzar destacando algunos de los valores naturales del barrio  y  compartidos con los Arenales y La Breña. Es  el caso del Campo de Volcanes de Rosiana, El Barranco de los Cernícalos y el Paisaje Protegido de Lomo Magullo, todo ello de gran interés paisajístico, geológico y botánico,  defendidos en su momento por la Asociación Juvenil Tabercorade y el grupo ecologista Turcón que ha trabajado en Telde durante muchos años.

Continuemos hablando de cultura:

Lomo Magullo se caracteriza por ser un pueblo con muchas inquietudes: culturales, deportivas, musicales, políticas y por su afán de superación de su gente. Es curioso como te puedes encontrar a un vecino de este barrio en cualquier lugar donde haya una obra de teatro, un concierto, un partido de fútbol o cualquier fregao, no en vano me preguntan muchos amigos ¿ son muchos en tu barrio? Yo les contesto  quinientos mil, obviamente ellos no se lo creen y luego rectifico: quiero  decir quinientos o mil, lo que pasa es que estamos en todas partes o lo que es lo mismo, nos movemos rápidamente.

Hablando de cultura, recuerdo la obra de teatro “ Telde 1930, testimonio de un crimen” del grupo Tarbecorade, que recorrió muchos puntos de la isla, por otro lado grupos musicales como Los Únicos, Los Cumbias, Anya  entre otros y los buenos ratos que pasábamos con los talleres de folclore en el colegio, con la única ilusión de tocar  para la fiesta, pero por lo que veo, no hay que preocuparse, ya que las nuevas generaciones vienen tirando fuerte con sus galas, obras de teatro en Semana Santa, nuevos grupos musicales, humoristas y artistas.

Nuestro barrio es conocido en Canarias gracias a “La Traída del Agua”, ésta ha servido de inspiración a artistas, utilizándose  como motivo en la  carroza que representa al  Municipio de Telde en la  Romería del Pino e incluso  fue la inspiración para el cartel del carnaval de Las Palmas del año 2008.

Ahora les quiero hablar de personas que con su peculiar quehacer diario nos caracterizaban un estilo de vida:

¿ Quién no se acuerda de la guagua de Anicetito, de Manolito el del Pescao, Pepe el sequero, del cura , del camión del clipper y del agua San Roque  y de otros tantos?

La guagua de Anicetito, te subías, pagabas  y te daba un ticket rosa y eso   te daba derecho a disfrutar del  cierre de puerta mediante una soga, de  aquellos sillones de madera lisos donde te resbalabas en las curvas y terminabas exprimiendo al que iba al lado y como no, si llovía la ducha estaba garantizada  debido a las goteras.

Manolito el del pescao, se encargaba de ir por la calle con su peculiar manera de anunciar “hay brecas, longorones, vivitas señora” ¿ vivitas…? las traía de Melenara y aún estaban vivitas, mi madre me mandaba a comprar sardinas, justo cuando decía, “ande prontito que nos vamos”.

Pepito López con su guagua más moderna se encarcaba de repartir las medicinas, traer el periódico al pueblo y el listado de cuentas a la Caja, entre otros encargos.

Por otro lado, Antoñito Suárez González, aquel hombre que se hacía el sobrero pa´tras   y regalaba buenas conversaciones a grandes y chicos, parecía que nunca se le acababan las historias…

Y que me dicen del cura, que se encargaba de recordar por los altavoces a las diferentes  zonas  geográficas en las que se divide el barrio cada vez que alguien doblaba las carpetas. Se acuerdan de  su   “Atención, atención El Barrillo”, Atención, atención Alto del Lomo Magullo. Aquel… atención, atención… no eran buenas noticias, pero con esa manera tan particular todos  nos enterábamos que algún vecino pasaba a mejor vida. Por cierto, cada vez que nombro al cura me duele la cabeza del coscorrón que te pegaba con el dedo doblado y “a ver quien le decía nada”.

Por otro lado, el camión del clipper era esperado con mucha ilusión, para dejar dos botellas de fresa, dos de seven-up y el resto de naranja. (Menudos eructus nos pegábamos). Como de pequeño no teníamos nevera, lo poníamos al lado del tallero para que se mantuviese fresquito junto con los botellines que traíamos de ca´ Sarito Martín.

Y como no, el camión del agua San Roque , nuestra agüita con gas!!!!

Las tiendas.

¡Si mal no recordamos señores! fuimos pioneros en tener un  centro comercial alrededor de la plaza, donde podías comprar  todo lo necesario en las diferentes tiendas de aceite y vinagre, mercerías, dulcerías… etc:

Que necesitabas un kilo de papas, o azúcar … ibas a la tienda de Juanito Peñate o Antoñito Bosa y cuando terminabas le decías “ se lo apunta a mi madre“ y si necesitabas un kilo de tachas, ibas a la ferretería de Maestro Chano , que necesitabas un botón, hilo, unos vaqueros o las maravillosas botas de tacos para jugar al fútbol  en el colegio, a la tienda  de mi tía Rosa, allí como teníamos cuña habían grandes descuentos , que querías endulzar la boca , pues a la dulcería de Esperancita, que había que amueblar la casa , un mueble a ca´ Lita y si alguna tienda no tenía  algo, no importa ,te ibas a la otra.  Y una vez que terminabas todo el recorrido de tiendas lo cargabas en la carrucha y pa’ casita. Ah! se me olvidaba, la carta de los Reyes Magos. Ésa la llevábamos a ca´ Quinita que tenía todo tipo de juguetes cuando se acercaba Navidad. Pero si decir que aunque siempre pedía el balón de reglamento y la bicicleta, nunca me llegaron.

Y por supuesto los bares y la cantina de la  sociedad, donde mi padre, Juan  el de Isaalito, se echaba un pisco, leía el periódico y  jugaba a la zanga, mientras, a mi me soltaba en la plaza para que jugara un rato y no lo volviera loco.

Desde aquellos tiempos teníamos  entidad finaciera “ La Caja” que la llevaba mi padrino “Juanito El del Alto” un hombre que siempre estaba para lo que se ofreciera , además de fontanero, electricista, mecánico y con quien aprendí a hacer cometas, resumiendo, un hombre bien amañao.

Deportes:

Los  domingos eran una fiesta con  las luchas, donde me intentaba colar sin pagar, pero pocas veces lo conseguí. También  me acuerdo como todos los jóvenes nos veíamos  para jugar al fútbol en el colegio y sobre todo los torneos que se hacían y se hacen para la fiesta. Aún recuerdo el nombre de cuatro equipos de aquella época: La Familia, El Sporting, El Coronas y como no, mi equipo El Atlhetic, formado por grandes fichajes que no dejaban  jugar en los otros equipos. Vestíamos de amarillo y con aquellos  nombretes curiosos.  La alineación quedaba algo así: de punta el pitufo y el chino, en el medio el rondana , en la defensa el martillo y   como portero teníamos al gato. Como trofeo una caja de botellines o clipper dependiendo de la edad.

Existía el equipo del colegio, donde el coche oficial era el jeep de Suso el de Las Hoyas, que nos llevaba a todas partes con  el entrenador Tito el del agua San Roque.

 El colegio:

Que buenos recuerdos:

Allí jugábamos al  boliche, debajo de los pinos, abríamos un agujero en el suelo  y “media, cuarta y pata y gua” , y nos apostábamos el de colorines.

Otro juego era la “cogía”, pero con una variante, si te subías a un pino te librabas, sólo te podían coger si estabas en el suelo. Una vez iba corriendo  y me lancé sobre una rama, ésta no aguantó y terminé con la espalda en piso, menudo golpe!!! y para colmo me tocó quedármela.

También jugábamos a la pelota de diferentes formas, una de ellas era “jugar pa´ tras” , cogíamos una sóla portería y  eran todos contra todos. La  otra manera era capitán de uno y capitán de dos, donde se iba eligiendo pasando el turno. Que fastidiado era cuando te elegían el último y si eramos impares te quedabas fuera…

¿ Quién de mi generación no se acuerda de la rondalla del colegio Guatatiboa? camisa blanca, fajín azul y de los tirones de oreja de Manolito Falcón cuando no le hacíamos caso. En muchas ocasiones en vez de ensayar nos íbamos a   jugar a la pelota, pero allí estaba señorita Pimpin para poner orden y tocar la guitarra. Recuerdo  teníamos actuaciones en diferentes barrios de Telde y tocábamos en la misa de Las Nieves, La Breña, Arenales y Cazadores. Éramos muy solicitados a cambio de un bocadillo de chorizo de Teror y un vaso de clipper.

Que decir de octavo de E.G.B. fué un año fantástico, ahí coincidí con Javier, Marco, Pedro y Carmelo, menudo equipo, un curso donde aprendimos a hacer un cortocircuito y dejar al colegio sin luz, a hacer chupachups de pimienta y ver como alguno saltaba la valla del colegio en busca de agua pa´ sofocar el fuego, en fin, alguna que otra travesura.  Teníamos la ilusión de preparar el viaje fin de curso, que por muchos boletos y bocadillos que vendiéramos no conseguíamos ir más allá  de Lanzarote.

Cosas en el recuerdo

Lomo Magullo, un barrio donde el agua marcó la vida de nuestros padres y abuelos, el agua que bajaba desde el barranco de los Cernícalos por los Arenales , desde la mina del Blanquizal, entre otras, donde mi padre y otros del barrio, como Manuel El de Cubas, más de una vez se jugaron la vida, para que esa agua moviera molinos como el de los Martinez en el Morro de la Cruz, los Lozanos y La Molinica y calmara la sed de la tierra  y  así los terrenos pudiesen estar  llenos de papas, millo, alfalfa, e igualmente pudiéramos llenar  nuestras tallas y nuestras madres lavaran nuestras ropas. La acequia venía a rebosar, hoy solo es un recuerdo en nuestra memoria.

“ Como recuerdo cuando me caí  dentro de la acequia, casi me ahogo, aún tiene mi hermana el susto en la barriga”.

Recuerdos familiares

 Los domingos al sol puesto, uno a uno iban apareciendo como quien no quiere la cosa, mi padre, mi padrino, mi tíos Pepe,  Otelio e Issac  y de vez en cuando mi tío Valentín. De repente empezaba la conversación recordando los sacrificios que pasaron, los bailes de la sociedad, cuando se llenaba una guagua  para ir a ver la U.D. de Tonono y Guedes, y empezaban las porfías por las luchas, y como no,a contar  las gamberradas y las grandes mentiras. Pa´ eso Chanito Herrera y mi padre, a ver cual de los dos la soltaba la más gorda y si era sábado se continuaba jugando a la zanga, que si envío, que si arrastro, que si vaya solo y se si me cago en…. menudas calenturas se trincaban. Pero de esas conversaciones lo más bonito era ver como antiguamente todo el pueblo se echaba una mano unos a otros para coger las papas, echar un techo y así todos salían para adelante e iban escapando.

Paralelamente a esa hora venía mi tía Rosa de la plaza, mi tía Fefa sacaba sillas y bancos, se sentaban debajo de las parras a ponerse al día de lo ocurrido durante la semana y acordar el día para escamisar y tostar el millo. Mientras mi tía María llegaba de la solana con un puño de retama blanca y mi madre y mi hermana Carmela sacaban los baldes y aprovechaban para regar los matos de aquel  precioso jardín con flores de mundo, rosales, calas… no había un patio más bonito en el barrio, sus flores acababan en la Iglesia para la Virgen de Las Nieves, mientras mi hermano Juan me entretenía haciendo los coches de bergüilla.

Un recuerdo para mi abuelo Juanito Santana, un hombre de palabra, de quien heredé el gusanillo de parrandiar con la guitarra y el timple, un hombre de buena conversación y de la tierra y  ahora me viene a la cabeza su compañero inseparable, Juanito González, me los imagino los dos con la burra “cargá” de “jases” de comida para los animales carretera arriba.

Hablemos de Las fiestas

La casa se nos llenaba de gente, invitábamos a todos nuestros amigos y conocidos, mi hermana se traía sus compañeros de magisterio, mi hermano cuando estaba en la Cruz Roja convirtió mi casa en un hospitalito, allí estaba el chófer de la ambulancia, socorristas… y por si era poco, años después aparecí yo con una tropa de compañeros de informática que los mezclabas con los amigos del barrio y aunque no se lo crean, mis padres estaban encantados.

La verbenas:

¿ Se acuerdan de las grandes verbenas con los cañizos,  donde las mujeres no pagaban, se rifaba un lechón e igualmente se vendían boletos para las carreras de caballos donde se sorteaba una “machorra”?

La Romería:

Otro momento importante es la romería, allí nos vemos los de siempre después  de un año, somos los últimos y si alguno falla se le echa de menos, no importa que no te sepas las canciones, allí cabemos todos, ahora recuerdo el año que terminamos medio pueblo en el escenario cantando la Azotea de Calero, casi me matan!!!

Después de la romería esperamos los fuegos, a veces se retrasan, pero allí estamos y… ¿ cómo sabemos si los fuegos fueron buenos? Pues muy fácil, contando el número de veces que decimos “ñosssssssss” o comparando si un “ños” es más largo que otro. Pero este año el ñosss es al revés…” ñoss, no hay fuegos…”

El día de Las Nieves.

Cuando era niño este día era importante porque tocaba estrenar camisa y si el año era bueno, pantalón y zapatos. Te gozabas la procesión, la feria y luego te ibas a comprar el helado de fiesta . Mi padre contaba que de joven ese era el único día del año que comía plátanos, ya que era un lujo, eso si, también me decía que el ácido por la noche era a matarlo y mi madre, Juanita Santana, que venía descalza de la solana y se ponía los zapatos antes de entrar a la plaza, porque eran los únicos que tenían para salir. El momento importante es cuando la Virgen de Las Nieves sale a la puerta de la iglesia, que a pesar de caer entre semana, son muchos los devotos que se acercan a ver y pedir, no en vano le dieron el título de Alcaldesa Mayor y Perpetua del Ayuntamiento de Telde.

Me viene a la cabeza un año que necesitaban alguien que sacará el trono, yo no tenía ni idea, pero me dijeron que era como llevar un carro de cojinetes, así que me metí debajo y me senté, parecía divertido, empezaron a empujar y según me guiaban yo le daba a la izquierda, derecha o recto… Antiguamente en la salida de la iglesia había un escalón y justo cuando la Virgen aparece en la puerta se me traba la pierna entre dicho escalón y un hierro del carro, con lo que el trono no iba ni pa´lante, ni pa´tras por mucho que empujaran. Entre los vivas a la Virgen y los voladores nadie  escuchaba mis gritos de desesperación, casi me quedo sin pierna ese mismo día de Las Nieves. Bendita Maruca Suárez que mandó a parar el trono. Todavía se lo estoy agradeciendo.

Y que decir de La Traída del Agua.

Sin lugar a dudas, el momento más esperado del año. Los pelos se me ponen de punta en la diana, cuando oigo la Banda de Agaete, entonces me voy al ropero y busco la ropa de mi abuelo Santana  y me la pongo, ya está vieja y  desteñida, pero más auténtico no puede ser, me pongo las alpargatas, cojo un balde o una talla y tiro pa´la plaza, allí me veo con la gente. A las doce   se tira el volador y suena la Banda , lo que se siente en ese momento no se puede describir , sólo lo entiende alguien del barrio que lo haya vivido desde pequeño, ahí te vienen a la cabeza mucha gente, sobre todo los que ya no están, pero por ellos hay que seguir, bajamos La Calle La Virgen, hasta llegar a la Vuelta de los Pérez, subimos la Calle Principal ( que la podríamos llamar Calle Traída del Agua) y aquí llega el otro gran momento cuando nos empezamos a tirar agua, la banda no para de sonar, la gente de mojarse, de gritar y saltar. La imagen más bonita es ver a los del barrio con sus trajes de campesinos y las tallas en la cabeza todos enchumbaos, ahora,  vamos pa´ la plaza para mojar la puerta de la iglesia y luego secarnos bailando, ya son casi las dos…. ¡Qué magüa!, ya se acaba, y a esperar al año que viene… 

Para finalizar y sin más esperas, tiren un volar y al son de agua, agüita, que la gente está sequita, comience las Fiestas de Las Nieves 2010.

¡Viva las Virgen de Las Nives!

25 de Julio de 2010

Jesús Herrera Santana

Turcón-Ecologistas en Acción

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