Texto: DEPACA
Dibujos y fotos: Francisco Peinado
El complejo arqueológico de “El Baladero” (Telde) fue publicado, por Sebastián Jiménez Sánchez, nada menos que en 1.952 y mucho más tarde, en 1.981, los barrios de San Juan y San Francisco (por sus innumerables valores de todo tipo y en donde se ubica el citado complejo) fueron declarados, aunadamente, Bien de Interés Cultural (BIC) con la clasificación de Conjunto Histórico. A pesar de ello, en 1.994, fueron descubiertas, y parcialmente arrasadas, dos casas indígenas en el otro extremo de la calle Baladero y, por esas mismas fechas, la instalación de un colector de aguas negras produce, una vez más, enormes destrozos a lo largo de la calle si 
n que se active, por las Administraciones, protocolo alguno de actuación.
Tampoco hay que olvidar las recientes y amplias obras en las fincas agrícolas colindantes de actual uso lúdico.
Por todo ello –y por mucho más– siempre hemos lamentado que cada vez que se realizaban movimientos de tierra en estos lugares, se destruía irremediablemente una parte de nuestra primera Historia; aquella que es anterior a la “Fundación” de la ciudad de Telde.
Ahora mismo, después de un paréntesis de un año, se han reiniciado las obras de una nueva edificación en la “Cueva de la Capira” (antes “Cueva de El Rosario”), que contiene valores arqueológicos y etnográficos, ubicada, también, en la referida calle Baladero.
Entonces, hace un año, se realizaron “sondeos” arqueológicos legales pero, aun hoy sus conclusiones no se han dado a conocer. En cualquier caso hay que decir que, en esa fecha, pudimos observar la aparición de un muro prehispánico y material cerámico diverso. A pesar de ello, por lo visto, el Ayuntamiento –que se dice nacionalista- y el Cabildo autorizan la destrucción, de hecho, de la citada cueva y el hormigonado sobre el ancestral muro y el resto del yacimiento arqueológico.
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Ignoramos los equilibrios formales que se están llevando a cabo para encajar esta obra en la legalidad vigente aunque, a nuestro, juicio, todo ello, al ejecutarse en un Conjunto Histórico, es ilegal (Ley 4/1999). De todas formas esta Asociación quiere tener en cuenta, además, el espíritu de la Ley y otras importantes consideraciones.
Lo que realmente existe en el Casco Histórico de Telde es, como decía Celso Martín de Guzmán refiriéndose a su Gáldar natal, una “ciudad sobre ciudad”, es decir, una ciudad colonial sobre la más antigua ciudad indígena y lo que aparece en el subsuelo no es otra cosa que el Telde arqueológico, el Telde prehispánico.
En consecuencia los protocolos de actuación en todas y cada una de las parcelas del Casco Histórico se pueden convertir – se están convirtiendo – en la destrucción más o menos solapada, y por capítulos, de la referida Ciudad Indígena.
Y, por otra parte, la diferencia de tratamiento administrativo entre – por ejemplo – un edificio colonial y una estructura prehispánica (a favor, evidentemente, del primero), sólo puede ser interpretada, de manera imparcial, como un no declarado Racismo Cultural.
