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El difícil caso del Tetrabrik

Clemente Alvarez

El País. EcoLab, laboratorio ambiental, 17 de marzo de 2010.

En la cesta de la compra hay un artículo muy común que sigue generando una gran controversia sobre su impacto ambiental: el tetra brik. Este sofisticado envase de 30 gramos de peso, compuesto de un 75% de cartón, un 20% de plástico y un 5% de aluminio, aglutina alrededor suyo tanto a críticos como a defensores.

A pesar de su innegable utilidad para conservar alimentos líquidos perecederos sin refrigerar y sin conservantes, o de la especial eficiencia de su forma geométrica para ser transportado, a este envase se le sigue mirando mal a menudo en los pasillos del súper por sus dificultades para ser reciclado una vez que se vacía y se tira a la basura. Y es que este producto comercializado por la empresa Tetra Pak puede estar formado hasta por seis láminas distintas de materiales: dos iniciales de polietileno, una de aluminio, otra de polietileno, la más gruesa de cartón y una última más de polietileno. Capas muy distintas difíciles de separar.

Desde Tetra Pak Ibérica se incide en que este envase de cartón sí se recicla en España, para lo que basta que el ciudadano lo deposite en el contenedor amarillo. La compañía especifica además que son principalmente dos las plantas que se ocupan de ello: las de Stora Enso y Alier. Y, según datos de 2008 de la empresa que gestiona estos residuos, Ecoembes, se estaría reciclando ya el 45% de los tetra briks consumidos en el país, unas 61.470 toneladas.

¿Cómo se lleva a cabo el reciclaje de estos envases multicapa? “Nosotros reciclamos ahora unas 50.000 toneladas al año que vienen de España, de Portugal e incluso del sur de Francia”, explica Juan Vila, consejero delegado de la fábrica de cartón reciclado de Stora Enso en Castellbisbal, a unos 20 kilómetros de Barcelona, que da detalles concretos de cómo se realiza este proceso: “Separar el cartón con agua para reaprovecharlo es sencillo, en cuanto al resto, la mezcla de polietileno y aluminio, lo que se ha hecho hasta ahora es enviarlo a vertedero”.

“Hemos invertido 7 millones de euros en un proyecto para poder aprovechar en breve también el aluminio y el polietileno”, destaca el representante de esta fábrica barcelonesa. “Se hace por medio de pirólisis: se calienta los restos de estos dos materiales a 400 grados de temperatura para que el polietileno se parta y se transforme en diferentes gases que se utilizan para producir vapor en la fábrica, y de esta forma se consigue separar el aluminio”.

Existen otras alternativas para directamente transformar la mezcla de los briks en un material mixto con el que fabricar palés, vallas, suelos, mobiliario… Sin embargo, aunque se consiguiese que no llegase nada al vertedero seguiría quedando un inconveniente: Con los tetra brik que se reciclan no se puede producir otro tetra brik. Este envase lanzado en 1951 por Ruben Rausing, en Lund (Suecia), tiene unas particularidades que obligan a fabricarlo una y otra vez con materias primas nuevas. Esto es, principalmente, fibra virgen de pinos, abetos y abedules de bosques “en continuo crecimiento” de países escandinavos; pero también nuevo aluminio y polietileno.

Con el vidrio sí se puede cerrar el círculo y producir una botella aprovechando la que se tira. En cuanto a los envases de plástico (polietileno de alta densidad o PET), aunque ya no existen impedimentos sanitarios como antes, por el momento tampoco se están fabricando con material reciclado, salvo alguna excepción.

Pero si esta es la mala noticia, la buena es que el popular tetra brik puede resultar mejor que otros envases en lo que respecta a emisiones de CO2. Esto es lo que se desprende de un estudio encargado por la empresa Tetra Pak al Instituto de Energía e Investigación Ambiental (IFEU) de Heidelberg (Alemania) sobre la huella de carbono de distintos envases para leche y zumos del mercado español. En concreto, se analizaron las emisiones de CO2 en todo su ciclo de vida de varios modelos de tetra brik y distintos botellas de plásticos de polietileno de alta densidad (HDPE) y de tereftalato de polietileno (PET); no se tuvo en cuenta ninguna alternativa en vidrio.

La conclusión fue que los distintos formatos de tetra brik siempre salían ganando en España frente a los de plástico (dado que el componente principal de estos envases es la fibra de madera frente a los derivados del petróleo de los otros). Es más, el estudio calculó que un tetra brik de los de un litro de leche vendido en España supone la emisión(1) de unos 111 gramos de CO2, una cantidad menor que cualquiera de los formatos de plástico, incluso aquellos más eficientes de 1,5 litros. Es decir, que, aunque por lo general un formato más grande y con más contenido suele resultar más ecológico, según este estudio de Tetra Pak, hoy en día en España tres tetra briks de 1 litro de leche generan menos emisiones que dos botellas de polietileno de 1,5 litro.

Estos resultados coinciden con otras estimaciones que llegan a concluir incluso que un tetra brik supone también menos CO2 que una botella de vidrio. De hecho, otra comparativa de análisis de ciclo de vida realizada esta vez en Francia por Bio Intelligence Service también para Tetra Pak aseguraba que un tetra brik de un litro de zumo significa la emisión en este país de 87 gramos de CO2, frente a los 129 gramos de CO2 de un envase de litro de PET y los 345 gramos de CO2 de una botella de vidrio.

Estas cifras concretas no son extrapolables a otros países. Sin embargo, muestran como en ocasiones el que mejor se recicla no es también el que menos CO2 emite. En el caso de los envases de vidrio, sus altas emisiones se deben a las altas temperaturas requeridas en los hornos para producir cada botella, pero también al mucho mayor gasto de energía en el transporte.

Y es que no es lo mismo transportar los livianos 30 gramos de un tetra brik que los 322 gramos(2) que pesa de media una botella de vidrio en España (aunque sea  reutilizada).


(1) Esto incluye las emisiones de CO2 equivalente durante la fabricación de las materias primas, la fabricación del envase, el envasado, la distribución, embalajes secundarios y terciarios, y las emisiones del reciclado y del vertedero.

(2) Según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio (Anfevi), que también advierte que el peso de una botella puede variar mucho, pues una de cava puede alcanzar el kilo de peso.

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