Los ecologistas de Ben Magec denuncian “las verdaderas causas” del boicot a las energías renovables:
«El Caso Eólico y otras tramas de presunta corrupción han sido la principal causa de la falta de desarrollo de estas energías»
En los últimos días, las manifestaciones de los portavoces de la patronal canaria y significados representantes del PP, Coalición Canaria y PSOE ponían de manifiesto la absoluta vacuidad de sus promesas, expresadas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, de impulsar un cambio de modelo económico para Canarias. Al unísono, empresarios y políticos como José Manuel Soria, el candidato al Cabildo de Gran Canarias por CC y actual consejero de Sanidad Fernando Bañolas o el candidato del PSOE al Cabildo de Fuerteventura Blas Acosta -entre otros – coreaban que las principal razones de la parálisis económica de las islas son el «exceso de burocracia de las instituciones públicas, «las regulaciones» y «el intervencionismo». Hoy, en una muestra evidente de que la Crisis económica se está afrontando con una nueva vuelta de tuerca neoliberal, este «exceso de regulación» – con el que se refieren a las pocas normas que han limitado, con escaso éxito, la depredación del territorio – se trata de presentar como el causante de todos los males, sin que prácticamente nadie alce la voz para denunciar tal falacia. Sí lo ha hecho, no obstante, en el terreno que les corresponde, la Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción.
En un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, los ecologistas han rebatido contundentemente las afirmaciones vertidas en los últimos días en el prensa, en las que se culpabiliza a la normativa de protección territorial y ambiental del retraso en el desarrollo de las energías renovables en los últimos años en Canarias.
«Las verdaderas barreras al desarrollo de las energías renovables tienen que ver – denuncian desde Ben Magec – con cuestiones de muy distinta naturaleza». Entre ellas destaca – para los ecologistas – «la falta de voluntad política para continuar con el desarrollo paulatino de la energía eólica, que fue parada institucionalmente a principios del siglo XXI. Toda una década perdida en la que por supuestas razones técnicas y burocráticas, se paró cualquier desarrollo de la energía eólica», situando a Canarias casi a la cola de todo el Estado en aprovechamiento de este recurso para producir electricidad.Ben Magec señala, sin embargo, el Caso Eólico y otras tramas de presunta corrupción como «otra de las razones más graves, quizá la fundamental» que ha paralizado el desarrollo de la energía eólica en Canarias. «Los concursos eólicos -destacan- siempre han despertado gran interés en el empresariado canario, ayuntamientos, cabildos y otras instituciones públicas, ya que, en la mayoría de los casos, la rentabilidad está asegurada, dadas las buenas condiciones del recurso eólico en ciertas zonas de Canarias». En este contexto, para la Federación Ecologista «el problema principal que se ha suscitado no ha sido territorial sino una apuesta política que ha puesto en manos privadas y de las compañías eléctricas un sistema de producción energética basado en un bien público, que puede y debe ser aprovechado en beneficio de toda la sociedad y no sólo de unos pocos».
En lo que respecta al binomio energía-territorio, en el que supuestamente entrarían en conflicto las energías renovables al enfrentarse con la normativa ambiental, Ben Magec sostiene «que ésta, hasta ahora, no ha supuesto una barrera significativa para la implantación de las energías renovables», y cita como ejemplo el parque eólico de Cañada del Río en Fuerteventura, que se encuentra dentro del Parque Natural de Jandía, u otros como el de Punta de Teno, dentro del Parque Rural del mismo nombre. «Otros parques eólicos se han situado en suelo rústico de protección agrícola, paísajística o en dominio público hidráulico de protección de barrancos como el caso de Punta Gaviota y Barranco de Tirajana en Gran Canaria, o Los Valles en Lanzarote. Asimismo Reservas de la Biosfera como El Hierro, Lanzarote o La Palma albergan parques eólicos en su interior » – añaden los ecologistas, refutando con estos ejemplos a los partidarios de la desrregulación.
Ben Magec denuncia que, mientras en estos casos la protección ambiental no ha sido ningún impedimento para la implantación de los parques eólicos, sí ha habido «un boicot burocrático relacionado con la falta de voluntad política en el pasado por liberalizar los proyectos de autoconsumo, que habrían potenciado el desarrollo paulatino de la energía eólica en los últimos años asociada a las instalaciones donde realmente se consume la energía, como en polígonos industriales o complejos de desalación de agua de mar». A pesar -aclaran – “de que en ninguno de estos casos habría habido problemas de índole territorial”.
Una ordenación del territorio a expensas del boom del ladrillo
Respecto a la planificación de la distribución territorial de los captadores de energías eólica, los ecologistas afirman que la ordenación del territorio no ha tomado en consideración las áreas de potencial eólico en un territorio tan constreñido como las Islas Canarias. En opinión de Ben Magec, existen muchísimas zonas que podrían ser aprovechadas por los captadores eólicos sin contravenir la normativa ambiental, pero que están siendo inutilizadas por la falta de previsión de las administraciones. Por ejemplo, citan las zonas aeroportuarias, donde las servidumbres de las nuevas pistas planificadas en Gran Canaria y Tenerife van a cercenar los espacios de mayor potencial para la implantación de la energía eólica.
En esto – sostienen los ecologistas – “ha influido el pasado boom urbanístico que ha ido ocupando espacios de alto valor eólico como por ejemplo del Este, Sureste y Noroeste de Gran Canaria». «Tampoco han sido contemplados – dicen – los polígonos industriales, que perfectamente podrían integrar estas infraestructuras en su interior, y sin embargo se han construido edificios que frenan el viento afectando gravemente a los parques que ahora se podrían desarrollar a sotavento de estas construcciones”. En el caso de la energía solar fotovoltaica – exponen desde Ben Magec – tampoco tienen razón de ser los titulares aparecidos en la prensa en días pasados «ya que existe sobrada superficie urbanizada en Canarias con cubiertas que puede albergar este tipo de energía, sin tener que ocupar ni un solo metro cuadrado de suelo rústico».
«En Canarias – continúan los ecologistas – estamos dejando que el viento se privatice, como podemos ver por los resultados de los concursos eólicos, que van a suponer que los económicos que pueda producir esta tecnología no sean percibidos por la comunidad».
Ben Magec aclara, asimismo, que en determinadas áreas de Canarias producir con energía eólica ya es más barato que producir electricidad con un ciclo combinado. Con proyectos sin riesgo y de rápida amortización. «Nos podemos encontrar en el futuro – advierten – con un archipiélago en ruinas con los servicios públicos en proceso de desmantelamiento mientras entidades privadas (eléctricas, constructoras, grupos de inversión) capitalizan los beneficios que genera el viento con concesiones de muchos años». «No pedimos -aclaran – que se prohíba a las empresas privadas entrar en el negocio eólico, pero afirmamos que las reglas de juego están mal de partida para promover la participación pública y que los beneficios económicas de la energía eólica repercutan directamente en la sociedad».
Para la Federación Ecologista, «tanto la ausencia de procesos de información y participación pública, como la falta de percepción de los beneficios que se derivarían del aprovechamiento energético de un bien público como es el viento provocarán que cuando se empiecen a montar los parques eólicos recientemente adjudicados comiencen a saltar las alarmas”. “La ciudadanía, ajena a todo este proceso, va a ver como cerca de su casa o en la cima de la montaña más querida se va a plantear un parque eólico sin su participación, ni la de su ayuntamiento y sin recibir ningún beneficio a cambio. Probablemente ahí sí comience a surgir -concluyen- un rechazo social hacia la energía eólica”.