Al final participaron unas 42 personas en el Campamento en La Aldea de San Nicolás, organizado por Turcón-Ecologistas en Acción durante los días 10, 11 y 12 de octubre de 2009.
Los senderistas participantes realizaron un total de 35 kilometros repartido en tres etapas de rutas: Tazarte, Playa de Gui-Gui, y finalmente Vigaroe-Pino Gordo.
Como quiera que la actividad se enmarcaba dentro de la temática de «Pueblos Pérdidos», visitamos un total de cuatro: Toledo, Zamora, Vigaroe y Pino Gordo, así como comenzamos con la Ruta de Los Hornos de Teja en la zona alta de Tazarte.
Esta actividad además contó con la colaboración del maestro aldeano, José Pedro que nos presentó el Proyecto Comunitario de La Aldea y los museos del pueblo, así como el Alcalde nos realizó la oportuna visita de bienvenida.
Un campamento donde no faltó la buena comida, el tiempo para el descanso y el disfrute de la playa de La Aldea.
Más información de La Aldea:
El municipio de la Aldea de San Nicolás, en el extremo más occidental de Gran Canaria, se alarga de norte a sur, en una irregular franja de 139 Km2. Su poniente está bañado por el Océano Atlántico y su naciente limitado por los municipios de Artenara, al norte, Tejeda, al este, y Mogán, al sur. El territorio se distribuye en dos áreas bien definidas: el Valle de La Aldea, perteneciente a la cuenca hidrográfica del Barranco de Tejeda-La Aldea, y las pequeñas cuencas adyacentes de Tasarte, Tasartico y Güi-Güí, por lo que se le considera «una isla dentro de otra isla».
Población: 8.055 hab.
Longitud del litoral: 28,32 km
Altitud capital municipio: 33 m.
Altitud máxima: 1.423 m. Montaña de Los Hornos.
La ruta de Los Hornos de Teja
Construcciones del siglo XIX, en el municipio de La Aldea, se conservan más de cinco hornos de Tejan. HORNOS DE PIEDRA LABRADA Y APERTURA AL ESTE. ARGAMASA DE BARRO Y RESTOS DE TEJAS PARA SU CONSTRUCCION COMO RIPIADO. Los tejeros realizaban en su quehacer diario la construcción de las tejas, pieza de barro cocido y de forma acanalada que sirve para cubrir los tejados de las casas y dejar escurrir el agua de la lluvia. Los tejeros hoy han ampliado su función y además de las consabidas tejas construyen ladrillos y otro tipo de piezas especialmente utilizados en la construcción.
La casa típica canaria es muy proclive a realzar su belleza mediante el uso de las tejas, las cuales colocan en sus tejados, en balcones, volados y otro tipo de elementos con que adornan de manera brillante tan elegante construcción. El color predominante de este elemento, -rojizo anaranjado-, conocido también por color teja, le dan a las construcciones que hoy se llevan a cabo un colorido y un tipismo de incalculable valor. Las hacían a mano usando como materia prima la arcilla, dándole la forma acanalada que de manera elocuente las distingue y una vez secadas al sol las introducían en el horno con el fin de darle el punto de cocción preciso para que tuviera la textura y el vigor necesario para que no se rompieran con facilidad. Los hornos utilizados eran de piedra y como combustible utilizaban leña que recogían en el monte, procedente de diferentes tipos de árboles y matorrales.