El Mundo.es por Antonio Ruíz de Elvira
Imagen de unos de los intensos meandros del chorro polar.
6 de marzo de 2009.- España ha estado de nuevo metida de lleno en una tormenta de gran intensidad. Los que rechazan la realidad del cambio climático se alegran y señalan los fríos que traen esas tormentas.
Pero, pensemos un momento: ¿qué es una gran tormenta sino la concentración de energía en pequeñas zonas del globo? ¿Y por qué las tormentas son, hoy, no sólo grandes e intensas, sino repetidas casi sin parar? La respuesta es evidente: porque hay mucha más energía disponible, en las aguas del mar, que acumulan el calor recibido a lo largo de estos últimos 150 años. Y porque el Polo Norte esta bastante más caliente que, por ejemplo, en la primera mitad del siglo XX, o que en el tercer cuarto de ese mismo siglo. Y al estar mucho más caliente, fuerza unos meandros muy intensos del chorro polar (figura adjunta) que dejan caer sobre España aire directamente procedente de Groenlandia.
Un Polo más frío produce meandros suaves, que hacen entrar en España aire fresco del Atlántico Norte, fresco pero no helado. Un Polo más caliente fuerza meandros intensos que traen aire polar. Lo de este invierno es sólo un pequeño aviso a navegantes. Sigamos, sigamos alegremente calentando el Polo, igual que seguimos, desde 2005, y a pesar de los avisos, metiendo nuestros ahorros y nuestras hipotecas en el ladrillo.
Al fin y al cabo, yo, como Cellórigo, somos los aguafiestas del baile. ¡Qué le vamos a hacer!
¡Así nos fue, así nos va y así nos irá!