
En pocas horas se ha difundido a todos los medios de comunicación el fallecimiento de Francisco Pérez Bello (Paco Bello), persona suficientemente conocida por su labor pastoral al frente de la Parroquia de La Garita y su defensa de la tolerancia y el respeto a las minorías sociales y el derecho de las mismas a visualizarse socialmente, de ahí que su defunción haya dejado un sentimiento de desconsuelo y pérdida entre todos los que lo conocimos, en los cuáles nos encontramos.
Paco siempre fue un auténtico dinamizador social, y ya sea desde el barrio o de cualquier otra causa social, era el activista comprometido y capaz de levantar la bandera como estandarte de tolerancia y libertad, aunque eso le supusiera la incomprensión y la mordaz crítica de algunos.
Desde siempre lo vimos como el sacerdote distinto que te hablaba del “orgullo de ser canario” y de su vínculo con la canariedad, que le hizo situar la tricolor con siete estrellas verdes en lo más alto de su barrio, la iglesia.
Nos abandona joven, un hombre de amplias y fuertes convicciones humanas y sociales que defendía allá donde se le ofrecía un pulpito, una tribuna , un micrófono o cualquier otro espacio desde donde expresar su convencimiento en la transformación de la sociedad, cosa en la que creía y luchaba por ella desde su vocación de creyente.
Turcón Ecologistas en Acción tuvo el placer de recibir de sus manos y de sus colaboradores del barrio de La Garita un premio por los años de lucha por el medio ambiente en la última edición de las fiestas del barrio, en este mismo año 2009.
No pueden estas reflexiones y pensamientos dejar de referenciar el desprendimiento y dedicación hacia la comunidad de Paco Bello y de su implicación en las tareas comunitarias, además de las pastorales propias de su vocación sacerdotal. En lo que nos tocó conocerlo siempre vimos en él a un amigo dispuesto a dar consejo, animoso y vitalista, aún a sabiendas de nuestra adscripción laica.
En este momento en que Paco Bello nos abandona, testimoniar nuestras condolencias a todos sus familiares, amigos-as y a los vecinos de La Garita donde son tantos los que notarán su falta.