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Un libro editado por el Cabildo de Tenerife destaca al Barranco de los Cernícalos como la mayor formación boscosa continua de acebuchales de Canarias.

Ya sabíamos que también era la mayor sauceda de Canarias, pero ahora, este trabajo científico, también reconoce el importen acebuchal de Cernícalos.

El libro se título BOSQUE TERMÓFILOS DE CANARIAS, y está firmado por los autores José María Fernández–Palacios, Rüdiger Otto, Juan Domingo Delgado, José Ramón Arévalo, Agustín Naranjo, Francisco González Artiles, Carlo Morici, Rubén Barone, Grupo de Investigación de Ecología y Biogeografía Insular, UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA, María de los Ángeles Llaría López, José Alberto Delgado Bello y Cristóbal Rodríguez Piñero,

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EL BARRANCO DE LOS CERNÍCALOS (Gran Canaria) constituye la mayor formación boscosa continua de acebuchales de Canarias. Cuenta con una superficie aproximada de 426 ha, tanto de acebuchales casi monoespecíficos como de retamar

blanco (de Retama rhodorhizoides). Se trata de un barranco excavado en “V”,

sobre materiales de la serie Roque Nublo, pliocénicos, si bien su entorno está configurado por otros recientes, donde se observan conos y materiales del Pleistoceno.

Aunque en el estrato arbóreo domina casi exclusivamente el acebuche (Olea cerasiformis), también se ha detectado la presencia de ejemplares de sabina

(Juniperus turbinata ssp. canariensis) y, en las zonas más húmedas, de otras especies

arbóreas propias de la transición del bosque termófilo al monteverde xérico,

como peralillos (Maytenus canariensis), saquiteros (Heberdenia excelsa), mocanes

(Visnea mocanera) y barbusanos (Apollonias barbujana). Además, en este

barranco se localiza una de las cuatro poblaciones de oro de risco (Anagyris latifolia)

existentes en Gran Canaria, especie catalogada como en peligro de extinción.

Bajo el dosel arbóreo aparecen especies como la tacorontilla (Dracunculus canariensis),

el bicácaro (Canarina canariensis), la morgallana (Ranunculus cortusifolius) y

los tajinastes (Echium decaisnei y E. callithyrsum).

En las laderas bajas e intermedias domina la retama blanca (Retama rhodorhizoides), mientras que en las más despejadas lo hace la retama amarilla (Teline microphylla). En el entorno se localizan también orobales (Withania aristata), lavandas (Lavandula canariensis), flores de mayo (Pericallis webbii), salvias (Salvia canariensis), etc.

Mención especial merece la sauceda que ocupa el cauce, una de las de mayor

extensión de Canarias, con una longitud aproximada de casi 3 km ininterrumpidos,

de los cuales algo menos de la mitad discurrenen medio del acebuchal. Esta última

formación se encuentra conformada casi exclusivamente por ejemplares de sauce o

sao (Salix canariensis) (Ortega & Fraile, 1988).

Aproximadamente la mitad de estos acebuchales y retamares se encuentran

recogidos dentro de la Reserva Natural Especial de Los Marteles y justifican, en

parte, la declaración de la misma como Lugar de Importancia Comunitaria de la

Red Natura 2000.

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Un comentario

  1. Este barranco me ha sorprendido siempre por el continuo caudal de agua que tiene, incluso en los meses tras el verano cuando no ha llovido. Con el tiempo reparé en que no hay casa ni carretera alguna que rompa la cuenca natural, y que alberga todas esas especies mágicas de plantas, arbustos y arboles. En mi opinión el fenómeno de condensación del agua en el ciclo diurno y nocturno genera la capacidad de producir agua nada mas del aire.

    Este fenómeno es de lo mas deseable en nuestras islas, donde llueve poco pero hay gran humedad en los alisios. Creo que a esto se referían las crónicas con lo de ríos en las islas. Espero que en el futuro aprendamos a vivir respetando y potenciando el monte que da el agua y la vida, y no construyendo carreteras y envenenando la tierra para que quede limpia como parece ser que nos gusta verla.

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