Ben Magec y Turcón Ecologistas en acción exigen la máxima urgencia en la recuperación de las Dunas de Maspalomas y denuncia la incapacidad institucional en su preservación.
Tras la reunión de la Junta Rectora de la Reserva Natural Especial (RNE) de las Dunas de Maspalomas celebrada el pasado viernes 4 de marzo, Ben Magec y Turcón Ecologistas en acción han expresado su consternación por el lamentable estado al que las administraciones públicas canarias y españolas han conducido a las Dunas, Charca y Palmeral de Maspalomas. La ineptitud del Gobierno de España a través de sus Ministerios y Demarcación de Costas, el Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular de Gran Canaria y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha impedido que se pongan de acuerdo para dedicar los medios humanos, materiales y financieros necesarios, a lo largo de los últimos cuarenta años, que eviten el punto de irreversibilidad al que rápidamente nos estamos acercando para recuperar la arena perdida y evitar la completa desaparición de las Dunas de Maspalomas.
Constantando por medios propios y, sobre todo, por los numerosos estudios científicos que evidencian la catastrófica situación en que se encuentra la Reserva Natural, Ben Magec y Turcón exigen que se proceda de inmediato al comienzo de las tareas para su restauración. Para ello, ha de resolverse de forma prioritaria la tramitación iniciada en 2012 por el Consorcio para la rehabilitación turística ante la Demarcación de Costas, con el fin de que conceda los correspondientes permisos para los trabajos de recuperación a acometer. Estas tareas han de contar con el necesario asesoramiento y supervisión de la comunidad científica. Por ello, es necesario evitar la pérdida de tiempo y dinero en la realización de nuevos planes de actuación, ya que se trata de aplicar los existentes.
Sumado a esto, los ecologistas manifiestan que no están de acuerdo con quienes proclaman que lo único que se puede hacer es conformarse con evitar que se siga perdiendo la arena y las dunas que aún subsisten. Siempre con el debido asesoramiento científico, propugnamos la restauración de las Dunas de Maspalomas a su situación original. Sabemos que para ello habrá que contar con medios técnicos y aportaciones económicas superiores a las hasta ahora previstas, pero se trata de tecnología y medios que podemos conseguir. Será necesario tiempo y también mucha financiación, pero estamos obligados a tener éxito porque nuestro presente y futuro dependen de ello.
Desde estos colectivos se quiere recordar que la RNE de las Dunas de Maspalomas no es un espacio natural más de Canarias. Se trata de una zona singular y única en nuestro Archipiélago, reclamo turístico del que vive y se beneficia gran parte de la población y el sector empresarial de Gran Canaria. Por consiguiente, cualquier perjuicio que padezca supone un golpe letal a la Isla en su conjunto, por ser su principal industria, generadora de riqueza y productora de empleo. Su cuidado, recuperación y preservación debe ser objetivo primordial, y cada una de las administraciones, todas y cada una de nuestras empresas, todos y cada uno de los colectivos sociales y todas y cada una de las personas que habitan Gran Canaria y, por extensión, el Archipiélago Canario.
El otro problema de la Reserva Natural cuya resolución es vital lo constituye la antropización generalizada y el impacto humano diario. El desconocimiento por los visitantes y turistas de la normativa existente y, por tanto, el no respetar los senderos marcados, la afección a las aves nidificantes y estacionarias, la generación de basuras, el uso de prácticas sexuales, la realización de fiestas o de prácticas deportivas incompatibles con la conservación del lugar, entre otros daños, exigen vigilancia permanente con capacidad sancionadora. Por ello, exigimos la puesta en marcha de un protocolo de actuación con el concurso de la Policía Local, Guardia Civil (SEPRONA) y agentes de Medio Ambiente. De ser necesario y de forma complementaria, proponemos la contratación de personal de seguridad con el fin de que su presencia en la Reserva durante las veinticuatro horas disuada a los visitantes de usos indebidos y contribuya a revertir de forma eficaz la situación actual.
Ante estos hechos, pero no sólo por ellos, la concienciación e información medioambiental a la población, turistas y empresas es de todo punto fundamental. Hay que realizar una labor contínua con visitas guiadas, charlas en colegios, envío de correos y materiales impresos así como campañas en los medios de comunicación a empresarios del sector, colectivos sociales y establecimientos alojativos, dedicada a dar a conocer y poner en valor la importancia de la RNE y lo que podemos y debemos hacer para su conservación y cuidado. En esta línea proponemos la reubicación del Centro de Interpretación de la RNE en el Faro de Maspalomas buscando su mejor localización para cumplir con su cometido, ya que la actual ha demostrado ser incapaz de cumplir los objetivos para los que fue creada.
Asimismo y por el grave impacto medioambiental y la continua contaminación producida, tanto en forma de emisiones tóxicas como sonoras sobre la Charca y sus especies nidificantes, asi como sobre el Palmeral, debe procederse al cierre inmediato y completo del tráfico motorizado en la calle Oceanía aledaña a la Charca. De igual modo hay que cerrar la transversal del vial Touroperador Neckerman desde la entrada a la camellera hasta su intersección con el vial Touroperador Tui, así como el propio vial Touroperador Tui desde la salida del aparcamiento público del Ayuntamiento hasta la rotonda de entrada al Parque Tony Gallardo. Todos estos viales, que cuentan con alternativas, escaso uso y que en cualquier caso son prescindibles, se encuentran ubicados dentro de la Reserva Natural Especial, contraviniendo por completo los fines de la misma y lo previsto en su Plan Director.
Sobre la apertura del parque Tony Gallardo, creemos que el planteamiento actual es equivocado, ya que parece propio de un parque urbano ubicado dentro de cualquier ciudad, en lugar de un espacio perteneciente a la Reseva Natural Especial. Por ello, vemos improcedente que en el pequeño edificio de entrada se ubique una cafetería en lugar de una oficina informativa con materiales, proyecciones, etc. sobre la propia Reserva y lo que en él podemos observar, sin perjuicio de ofrecer también una tienda con productos medioambientales. De igual modo, es necesario eliminar las luminarias de las calles adyacentes por contravenir los propósitos y objetivos d la Reserva además de perjudicar a la fauna y vegetación del lugar. Recordemos que este parque no es más que una recreación artificial de lo allí destruido cuando existía de forma natural.
Reclamamos deI Cabildo que retome la negociación decidida con el Gobierno de Canarias para que se apruebe la propuesta realizada en 2014 para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) esta zona. Esto debe hacerse sin perjuicio de continuar con las acciones judiciales en curso para su consecución. Asimismo, el Cabildo debe liderar los proyectos gestionados por el Consorcio para la rehabilitación turística del sur de Gran Canaria que tengan que ver con la zona.
No podemos dejar de señalar también al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y a sus dirigentes políticos, tanto los actuales como los de anteriores legislaturas, por ser una administración que ha demostrado ser enemiga de las Dunas, Charca y Palmeral de Maspalomas. Nuestra aseveración se basa en incontables e irracionales actos de hostilidad realizados por una administración municipal que, lejos de haber sido la principal defensora de una naturaleza única gracias a la cual ha podido convertirse en una de las principales plazas turísticas de Europa, ha procurado inequívocamente su asfixia y destrucción paulatina. Prueba de ello han sido las sucesivas licencias para la construcción de aberraciones urbanísticas como el Anexo II de Playa del Inglés, el centro comercial Oasis en Maspalomas, colaboración en la construcción de grandes hoteles y todo tipo de apartamentos dentro mismo del Palmeral con enajenación de suelo público para entregarlo a quienes sólo buscan su lucro personal, el mantener abiertas al tráfico vías como la calle Oceanía al lado mismo de la Charca y a la que afecta gravemente; pronunciarse en contra de la propuesta para que la zona sea declarada Bien de Interés de Cultural; la no ejecución del derribo de lo usurpado y construido en suelo público por el actual Hotel RIU Oasis; el permitir que vehículos contaminantes de la Policía Local y quiosqueros transiten a sus anchas por la Reserva y sus playas; el completo abandono, sin habilitarlo para uso público y limpiándolo debidamente, del Palmeral público… Estas son sólo unas pocas muestras de las incontables agresiones realizadas por este Ayuntamiento contra la Reserva, el Palmeral y las playas. Por consiguiente, reclamamos al Ministerio de Medio Ambiente, Gobierno de Canarias y Cabildo Insular de Gran Canaria que subroguen, por demostrada incapacidad y manifiesta mala praxis, las competencias municipales que afectan a este espacio natural y, en particular, sus competencias urbanísticas, con el fin de que puedan ser realizadas con las debidas garantías para el bien público y para la conservación efectiva de la zona.
Por último, denunciamos que es de todo punto injustificable que hayan pasado dos años completos desde que el 6 de marzo de 2014 tuviera lugar la anterior reunión de la Junta Rectora, periodo durante el cual los colectivos sociales participantes se han quedado sin conocer y sin poder participar de los problemas, acciones y trabajos relacionados con la Reserva Natural. Por consiguiente reclamamos la convocatoria de reuniones informativas y participativas al menos cada trimestre, con participación en ellas de especialistas y asesores que pueda ser necesario en cada momento.