Canarias se suma a las zonas marinas amenazadas por las plataformas petrolíferas, como Alborán, Valencia, Cádiz o Vizcaya, en lo que es una apuesta clara del Gobierno por las energías fósiles y contaminantes. La mayoría de las prospecciones autorizadas carecen de garantías y estudios ambientales suficientes como para evaluar su impacto real.
Ecologistas en Acción se opone radicalmente a la decisión del Gobierno de dar permisos a las petroleras para realizar prospecciones y reclama el cese de estos proyectos. Estos permisos irían en contra de las legislaciones europeas y españolas para la protección del medio marino y obvian la dependencia social y económica de esas áreas con los ecosistemas.
El Gobierno ya ha aprobado prospecciones petrolíferas en aguas de Valencia, Málaga y Tarragona, y ha relanzado prospecciones paralizadas, por oposición de instituciones locales, como Canarias y las explotaciones de hidrocarburos en el Golfo de Cádiz y Vizcaya. Esta situación sumada a las medidas que han paralizado el desarrollo de las energías renovables, muestran claramente la apuesta del Ministerio de Industria por la industria energética contaminante.
Ecologistas en Acción exige el fin de las prospecciones marinas y la apuesta de forma decidida y clara por una política de energías renovables, que debidamente desarrolladas generan más empleo, contaminan menos y no amenazan nuestros ecosistemas.
Las prospecciones petrolíferas en el mar y las precedentes perforaciones usan técnicas perjudiciales para el equilibrio natural y la biodiversidad. Durante los trabajos rutinarios pueden afectar negativamente a cetáceos y tortugas, por contaminación acústica, impactos con embarcaciones y contaminantes tóxicos, al igual que a las reservas pesqueras, ya de por si en una mala situación y con reducciones hasta del 50 % en las capturas, también a los fondos marinos, que pueden albergar corales arrecífales o solitarios, gorgonias, praderas de algas y muchas otras especies, que generan hábitats fundamentales para muchas otras. Estos impactos se multiplicarían de forma alarmante ante un accidente o vertido, creando una situación catastrófica, como ocurrió en una plataforma petrolífera de BP en el golfo de México (2010).
En la costa tarraconense, Repsol ya explota la plataforma Casablanca, la cual ha sido una fuente continua de contaminación de hidrocarburos en el medio marino, tan solo en dos meses se documentaron 3 vertidos en la zona, uno de ellos de 180.000 litros de crudo en el mar, debido a un error humano, cuya sanción fue únicamente de 30.000 €.
Para Ecologistas en Acción no hay ninguna evidencia de que las perforaciones en España se realicen con el suficiente respecto hacia el medioambiente y desgraciadamente la ley medioambiental actual permite que las empresas sigan contaminando.