Richard Ernst, Premio Nobel de Química 1991, consideró irresponsable la utilización de energía nuclear, porque «la tecnología y la ambición mental humana son incapaces de manejar de manera segura tanto esa energía como sus desperdicios».
México, 8 Abr. (Notimex).-

Explicó que las empresas no están en posición para administrar tecnología de alto riesgo de una manera responsable, «ellos sólo quieren rentabilidad y eso no es compatible con los altos riesgos que manejan».
Para Ernst la única alternativa es la energía solar, porque aunque pareciera más cara que la nuclear, no lo es si se suman los altos costos de desastres como el ocurrido en Japón, y no se diga en Chernobil, donde hoy sus habitantes todavía sufren las graves consecuencias en su salud y donde la tierra no ha podido ser saneada.
Durante una conferencia magistral que dictó en el Club de Banqueros, el Premio Nobel consideró que México tiene un alto potencial en esa energía, «que debemos desarrollarla y usarla en nuestro favor».
En el acto, donde el director del Instituto de Ciencia y Tecnología capitalino, Julio Mendoza, le entregó un diploma y una medalla como embajador mundial de la Ciencia y la Tecnología, Ernst recordó que Albert Einstein dijo que dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana.
«Yo no estoy tan seguro acerca del infinito del Universo, pero sí estoy seguro acerca de la infinidad de la estupidez humana», planteó al referirse a la reciente tragedia de Fukushima, en Japón, donde la falta de responsabilidad humana dio lugar a esos desastres.
La naturaleza, expuso, contribuye un poco, pero finalmente nosotros tomamos las decisiones que dan lugar a estos efectos desastrosos, sostuvo.
Destacó que hace mil años hubo un terremoto de una magnitud de por lo menos 8.3 en ese territorio y ocasionó también mucho daño. «Sabemos qué tan peligrosa es esa costa. Sin embargo, aún sabiéndolo, construyeron las plantas nucleares.
«Aún antes del evento, los controles no eran los adecuados. Cometieron muchos errores. No tuvieron ningún cuidado porque querían optimizar su rentabilidad y esto fue parte del problema que dio lugar a lo que sucedió», planteó el experto.
Expuso que esos reactores que hoy tienen problemas serios fueron instalados por General Electric y que no se tomaron precauciones especiales contra un caso de terremoto de la magnitud ocurrida o alguna cosa parecida.
«Este es el caso típico de globalización, en donde todo se vale con tal de hacer dinero y no les preocupa los efectos secundarios que puedan tener», puntualizó.