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La sangre del drago llega a Europa

Fenicios, griegos, romanos o cartagineses cayeron rendidos ante las virtudes curativas de la sangre del drago, el Dracaena draco.

Texto y foto:   http://www.laopinion.es

E.S.R.
SANTA CRUZ DE TENERIFE
Ahora y tras años de investigación científica e histórica, un laboratorio canario rescata el viejo método de obtención de la savia roja con el fin de comercializar y optimizar sus propiedades terapéuticas. Su objetivo es el mercado europeo.

Su porte majestuoso y su fascinante capacidad de vivir cientos de años fuerte y vigoroso han hecho del drago canario una planta casi mágica, a la que se le han atribuido numerosas virtudes desde tiempos remotos. Una de sus excelencias es la composición de su resina –densa y de color rojo intenso– a base de flavonoides, un potente antioxidante capaz de neutralizar los radicales libres e impedir los perniciosos efectos que éstos ejercen en la salud del organismo, retrasando su envejecimiento, según el experto José Antonio Marrero Domínguez. A estas bondades hay que añadir «su capacidad cicatrizante y reafirmante de los tejidos de la piel».

Las propiedades curativas de la sangre roja del árbol canario han maravillado desde siempre. Según el empresario e historiador Marrero Domínguez, en el siglo XV la savia se exportaba en cantidades relativamente grandes a los mercados europeos y americanos. Pero tras la conquista de Canarias, recuerda, «se perdió la buena técnica de extracción de este producto, lo que provocó una tala indiscriminada de ejemplares, ocasionando la extinción de grandes bosques de dragonales en las Islas». Por este motivo, desde el siglo XVIII su uso cayó en el olvido hasta la actualidad.

La filosofía de los Laboratorios Farmacéuticos Pejoseca, que preside Marrero Domínguez «es recuperar la antigua técnica de extracción y poner el producto en circulación con fines comerciales, siempre sin dañar el árbol y tal y como hacían los antiguos pobladores».
«Nuestros productos se encuentran sobre todo en comercios de alta cosmética y ahora estamos intentando afianzarnos en Europa, sobre todo en Alemania donde existe una fuerte demanda», explica el empresario.

La savia atesora miles de propiedades, muchas de ellas aún por descubrir, «por lo que se están desarrollando estudios científicos exhaustivos en colaboración con las dos universidades del Archipiélago y con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) para sacar del árbol todo su potencial», explica Marrero.

Una colaboración que se hace conjuntamente con los sabios yerberos. «De ellos aprovechamos sus importantes conocimientos empíricos, nada despreciables, para descifrar los misterios de nuestro árbol más característico». Marrero señala que «sólo en determinadas épocas del año y según las fases lunares es cuando se pone en marcha la recogida de los exudados del árbol, extrayendo sólo las pequeñas motas que emanan de las fisuras de la corteza sin perjuicio para la planta. «Un trabajo minucioso, lento y de muy poca productividad», subraya. «Sin embargo», prosigue, «la alta concentración del producto hace que apenas se precisen mínimas cantidades para obtener la esencia». «De ahí», continúa Marrero Domínguez, «que la savia no se puede aplicar directamente, sino que previamente sea necesario un laborioso trabajo de filtraciones en el laboratorio hasta que el producto sea óptimo para ser incorporado a una crema cosmética o bien a una cápsula para ser ingerida».

La empresa farmacéutica «trabaja en estrecha colaboración con el Jardín Canario, que dispone de importantes dragonales y también con personas privadas», señala Marrero, cuyos laboratorios farmacéuticos han patentado los usos y aplicaciones de los extractos para preservar la calidad de estas apreciadas gotas de sangre.

En la actualidad el árbol milenario, que pertenece a la familia de las liliáceas igual que el aloe o el ajo, es una especie protegida y los ejemplares que aún se encuentran salvajes se hayan a salvo en lugares escarpados o de difícil acceso; el resto son replantaciones para uso ornamental en los jardines.

En la antigüedad, la resina de drago también se usó como barniz . «De hecho», según explica el empresario grancanario, «hace muchos años se especulaba con que el lustre de los famosísimos violines stradivarius procedía de la savia de nuestra planta».

Los dragos, una planta con apariencia arbórea, «florecen cuando son adultos cada 12 ó 15 años y dan una fruta que en la época antigua se relacionaba con las manzanas de la inmortalidad». Los Laboratorios Pejoseca, implicados en preservar este tesoro canario, realizan de forma sistemática replantaciones de ejemplares por toda la geografía del Archipiélago.

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