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Los Reyes Magos, empichados y con una baja por despido

Los Reyes Magos de Oriente han venido un año más a Canarias, y como cada año, han convocado a los medios de comunicación para hacerles partícipes de los regalos dirigidos a los representantes públicos. De esta manera, y como medida de evaluación democrática, sus regalos siempre son un reflejo de la valoración que Sus Majestades hacen sobre el cumplimiento de la misión de estas instituciones: velar por la ciudadanía y el territorio que se les ha encomendado custodiar.

Sin embargo, el viaje de este año ha resultado accidentado y frustrante. Por un lado, han sufrido las consecuencias de las nuevas políticas laborales estatales, y fueron víctimas de un injusto ere. Por este motivo, únicamente han llegado dos de los tres Reyes Magos.

Por otro lado, al comenzar el reparto de regalos por las islas orientales, y dado que su magia les permite anticiparse a eventos futuros, han padecido un derrame de petróleo de las plataformas petrolíferas que encontraron en el mar, y han visto con tristeza cómo este crudo provocaba una catástrofe social y ambiental sin precedentes.

Desconsolados, han llegado Sus Majestades a la Subdelegación del Gobierno en Tenerife, y aquí han decidido dirigir el siguiente mensaje al Gobierno central, así como al resto de instituciones públicas:

“Los Reyes Magos de Oriente queremos hacer público este año que los representantes institucionales no recibirán regalos. Esto es así por los siguientes motivos:

1- Consideramos que sería peligroso ofrecer al Gobierno el carbón que se merece, porque corremos el riesgo de que lo utilice para producir energía. Hemos comprobado de primera mano su gran afición hacia los combustibles fósiles tales como el petróleo y el gas natural, aún a sabiendas de los daños que producen o podrían producir a estas islas y a todo el Planeta.

2- Se produciría un agravio comparativo. El Gobierno está dejando a muchas personas sin regalos porque sigue ahondando en la crisis apostando por el modelo que la provocó. Nos ha sido dada a conocer la persistente apuesta por la construcción de infraestructuras como potenciador del monocultivo de la construcción. Para colmo, nos hacemos cargo de los alarmantes recortes en derechos sociales y laborales que profundiza y estabiliza la precariedad y la injusticia.

Quisiéramos aprovechar este evento para transmitirle a la ciudadanía un mensaje de esperanza. Dado que los que tenían encomendada la administración y la custodia de los derechos fundamentales no cumplen su función, es preciso que sea la ciudadanía la que adquiera conciencia y se comprometa firme y colectivamente para cambiar el rumbo. Ahora, en Navidad, es imprescindible que nuestras acciones estén cargadas de conciencia. Invitamos a todo el mundo a consumir responsablmente como medida de lucha social. Para ello, sugerimos que nos dirijamos a los pequeños establecimientos, que elijamos productos locales, artesanales, ecológicos y de comercio justo. Y sobre todo, sugerimos dar valor al tiempo que nos dedicamos unos a otros y se lo restemos en su lugar a los bienes materiales. De esta forma conseguiremos mejorar la economía local, y evitaremos ahondar en los graves problemas sociales y ambientales tanto aquí como en el resto del Planeta”

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