Lejos de esa concepción del senderismo como actividad de paseo, placentera, de relax, donde las rutas de pocos kilómetros predominaban, hemos pasado, en los últimos años y con el nivel que van adquiriendo todos los participantes de las rutas, a niveles de exigencia más alto donde los kilómetros, la aventura y las botas aumentan, vertiginosamente.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente acaba de publicar (septiembre-2014) un estudio titulado “Impacto económico y social del Programa de Caminos Naturales” donde se visualiza y estudia algunos aspecto del perfil del senderista español, así como, algunas tendencias del mercado turístico relativo al ecoturismo y, curiosamente, rescatamos esta gráfica, la número 57, donde nos viene a corroborar esas modalidades más exigente de los caminantes.
Así, el gráfico muestra que el 49% quiere trayectos de dificultad moderada y terreno ondulado, el 21% prefiere trayectos exigentes y desniveles, y el 29% trayectos sencillos y llanos.
En fin, que botas y piernas para el próximo año.