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Reseña de la charla de Valentín Barrroso en el Club Prensa Canaria

 “Un Ingenio Azucarero del siglo XV dentro de una urbanización del siglo XXI en Agaete”.

Texto y fotos. Jesús Ruiz Mesa 18-02-2009

Para su exposición les emplazo en la Urbanización de Las Candelarias, Agaete, en restos de yacimientos anteriores a la conquista, dentro del Maipez de Agaete. Zona de las Canteras, la Culatilla, el mismo núcleo urbano de Agaete, la necrópolis de Malpaís de Abajo, con tierras de Guayedra, y hallazgos como el ataúd de madera expuesto en el Museo Canario. El ambiente prehistórico de Agaete a raíz de donde surge el Ingenio, posiblemente se originó con la fabricación de una fortificación en forma de torre para protección y vigilancia, al lado de esta torre como se expresan en los archivos de Gran Canaria, Simancas, relacionados con las Cuentas o Pleitos surgidos en la época hacia 1517 de la Cancillería de Granada, en documentos que ya hablan del Ingenio y de la explotación a cargo de su primer propietario D. Alonso Fernández de Lugo. Toda esa zona posteriormente estuvo plantada de plataneras y otros cultivos.valentin

Una vez conquistado todo este territorio fue donado por los Reyes Católicos, 90 fanegadas de tierra. La torre o casa fuerte de Agaete, aunque bien pudiera comprender un conjunto de torre, casa, alpendre, fue construida en cuatro fases en determinadas épocas. Se reconstruyó una habitación en la parte superior, (aunque sobre esta edificación hay quién se aproxima hasta 1912) y su ubicación cerca del mar para realizar posibles huidas u otros menesteres. Todas estas propiedades pertenecientes a Alonso Fernández de Lugo son las llamadas Casas del Muelle, (Pedro Quintana historiador de Agaete).

 Elementos que se conservan y figuran en plano de 1857; a partir de estos acontecimientos se hace relevante el acercamiento al verdadero Ingenio azucarero de Alonso Fernández de Lugo, con la consiguiente plantación de la caña de azúcar, una vez que éste lo pone en producción sitúa el molino al lado de la Torre descrito y cerca del mar. Toda la hacienda posteriormente es vendida al comerciante genovés, Francisco de Palomares hacia 1494. Hay un posible traslado del molino a la parte media del valle para recoger, canalizar y aprovechar la fuerza del agua antes de que vertiera al mar con la consiguiente pérdida y total aprovechamiento.

Francisco de Palomares tiene problemas con los Reyes Católicos, y la propiedad es cedida al tesorero Alonso de Gutiérrez. Los intereses, diferencias, y luchas entre los cortesanos que cerca de los tesoros reales pretendían bienes, donaciones, nombramientos y prestaciones crea un malestar y no quieren venir a Agaete, llegando a un acuerdo con Antón Cerezo, hijo de Francisco de Palomares y de Sancha Díaz de Zurita, para que explote la propiedad el mayor número de años.

En el Ingenio se identifica con gran aproximación y datación su primera ubicación, muros, estancias, cimentaciones en piedra, restos de cerámica, arcillas, etc. Estudios documentados sobre diferentes estratos a profundidades al pie de paramentos de piedra seca, aparecen monedas acuñadas por los Reyes Católicos, en 1496. Se sabe cómo vivían los trabajadores y empleados en el ingenio, lo que comían, etc. En esta época se trae desde Flandes el Tríptico de Las Nieves.

Todo este centro de producción se dispone que forme parte del espacio urbano de Agaete, (detrás del Maipez, se sitúa el parque Arqueológico),  caña de azúcar, maizales y el acueducto azucarero. Entre la carretera de La Aldea y Agaete, el acueducto se ubica en la cabecera de entrada del agua procedente del Valle, es la conocida como zona de Las Candelarias que mantenía extensos cultivos de plataneras. 

Hace unos años se inició el proceso de urbanización de la zona por parte de una importante empresa urbanizadora e inmobiliaria, IBSA,  y se recomienda una urgente actuación con los hallazgos, un seguimiento arqueológico, aparecen restos de casa prehispánicas, informándose al Cabildo en demanda de actuaciones ante tales circunstancias e interés por el estudio de estos yacimientos. El Cabildo exige a IBSA un estudio y ordena su seguimiento. Este proyecto urbanizador fue modificado y se extendió más hacia el Valle, deciden dejar todos los hallazgos, el acueducto, estancias, muros, etc. libres de trabas urbanizadores para su consiguiente exploración y estudio arqueológico.  

Hay una reforma de la planificación original por parte de la empresa y queda notablemente disminuida su oferta de edificación debido a la aparición y extensión de los restos históricos del Ingenio y su extensión. Hay zonas marcadas con apariciones evidentes de una mezcla de restos prehispánicos y el Ingenio azucarero. Todos estos terrenos fueron cubiertos durante siglos con rellenos y componentes de otras tierras, por lo que se descubre en su exploración las diferentes capas aportadas al ser retiradas, en forma de taludes donde van apareciendo los muros, trozos adosados, bajo coladas del Malpaís de Arriba y coladas del Malpaís de Abajo, lugares donde apareció el mencionado ataúd.

Características geológicas de diferentes tipos de tierras que las máquinas excavadores dan a conocer, terrosos, rocosos, muros con estructuras circulares, ovoides, en forma de eles o anguladas y que aún se conservan, al pie de estas paredes se inician excavaciones aunque no se ha llegado a sus primitivos cimientos por lo delicado de la excavación. Hay contrafuertes de un metro y medio y fosas excavadas en las que aparecen restos humanos, datados hacia el 1.100-1.200 d.C., de dos hombres y una mujer, y otros restos que no se puede ordenar su posición por estar completamente destrozados, fueron enterrados desnudos, y otros puede que estuvieran envueltos en pieles, juncos.

Aparecen lo que pudieran ser corrales, estructuras extrañas, enlosados, parecidos a cistas. Se definió la zona como un muro perimetral donde se excluyen edificaciones y orientadas a formar parte de un gran centro industrial como fue el Ingenio azucarero.

El conjunto de la zona histórico-arqueológico se va a preparar y acondicionar para ser visitado y entendido, proyecto que será protegido y subvencionado por la propia Inmobiliaria IBSA y su consiguiente puesta en uso, como un atractivo añadido a la urbanización.

Aparecen otros restos de dos cadáveres a cuatro metros de profundidad en uno de los extremos del área en reconocimiento. Hay un muro de contención con la finalidad de terrazar el terreno,  que a su vez hace de edificio y contrafuerte, utilizándose para adosar el Ingenio al molino. Al trazar la carretera de acceso a la urbanización queda afectada esta zona y aparece el posible lugar de encuentro entre la acequia inicial, el acceso al acueducto, y una estructura de madera para reconducir el agua hasta el molino.

Esta obra está pensada para aprovechar la fuerza del caudal de agua por gravedad debido al desnivel, que bajando a través de las terrazas y muros de contención llegaba hasta el molino. Más tarde aparece un mazacote hecho con cal, en el que se aprecian huecos en las paredes para encajar las vigas de madera. El acueducto en su tramo final conserva una curvatura para que el agua perdiera fuerza al bajar desde el Valle y controlar mejor su caudal para un mejor aprovechamiento hidráulico.

En otras zonas aparecen muros de tres o cuatro metros de altura adosados a la ladera y canal de agua y que en su bajada llegan donde posiblemente estuviera fijada la piedra o rueda vertical de giro. Acequia que en su tramo final como hemos visto por medio de su curvatura su caudal está controlado, este tramo bien pudiera estar sostenido también por vigas puenteadas de madera debido a los orificios que quedan al descubierto en dichas paredes. Hay en otras zonas vigas de madera que sostenían acequias, como las de Gáldar, zona de los pilares y muy posible que los restos del Ingenio azucarero de Telde, Los Picachos, tuvieran la misma finalidad, formando chimeneas o pilares de acueducto para reconducir el caudal de agua hasta la rueda vertical del molino. Hay casos en que la rueda se posiciona horizontalmente. Se exponen imágenes del siglo XVI en la que se aprecian ruedas verticales.valentin2

En las dependencias anexas al Ingenio de Agaete se hacen zanjas en las que aparecen restos humanos en fosas datadas igualmente hacia el 1.100-1.200 d.C. que forman parte de la composición original de muros y estructuras soterradas. Con todo, aún no se ha iniciado la labor propia y especializada de un excavación, hasta ahora se ha procurado hacer un exacto alzado, estudio y disposición de lo que comprendió el Ingenio, sus accesos hidráulicos, molino, estancias, extensiones de terrenos anexos, y lo que generaba su industria sobre sus gentes. Se logran hallazgos de formas azucareras diversas, tamaños parecidos a una teja, de colores diversos, pertenecientes a recipientes donde se depositaba la melaza, conos o porrones donde se realizaba la destilación y fábrica de panes de azúcar. Materiales y recipientes destrozados, con roturas y difíciles de identificar o ensamblar para una mejor comprensión de su uso, no hay ni un objeto uniforme.

Al dejar de producir azúcar debido a la competencia del resurgimiento de la industria azucarera en América, muchas piezas u objetos que fueron llevados o traídos de allí, quedaron en los viejos ingenios de la isla olvidados y se les identifica por los sellos de fabricación sobre las arcillas. Aparecen sobre loza importada, cerámicas del siglo XVI procedente de Italia y de España, figurillas con rasgos negroides, aunque realmente todavía no se ha iniciado su estudio. Aparecen seis monedas de los Reyes Católicos cuyo estudio numismático se hace en la Cátedra de Estudios Medievales.

Aparecen más estructuras en la zona baja con rellenos vegetales y la que más deteriorada está. Alineaciones, Caliches, otros restos de muros, acumulándose mucho y diverso material de desecho, pudiéndose considerar como el basurero del Ingenio.

Como podemos observar este proyecto urbanístico del siglo XXI ha quedado alterado por unos restos del siglo XV. Aquella 90 fanegadas que los Reyes Católicos dan a Alonso Fernández de Lugo, que se convierten en plantaciones de caña de azúcar, con una incipiente industria destinada a la producción de azúcar y que originaría una relevante e importante economía para la isla, hasta que en América surgieran las grandes extensiones, mayores producciones y como consecuencia el abaratamiento y competencia del nuevo mercado de este producto frente a Europa.

El retablo de la Virgen de las Nieves, que fue hasta 1648 el más antiguo, se debe a la industria del Ingenio de Agaete, que fue el más extenso y antiguo del mundo. Hubo un Ingenio a finales del siglo XVI-XVII en Motril, del que habla Antonio Malpica de la Universidad de Granada. El mundo y la civilización árabe introdujeron el concepto de regadío, huerta árabe, la pequeña propiedad, patios con fuentes y distribución ornamental del agua por medio de acequias, pozos, perfectamente diseñadas para uso hidráulico y consumo, fue parte importante del desarrollo económico de las sociedades medievales en España, algo de estas influencias se trajeron a las islas canarias, las formaciones orográficas son completamente diferentes y se podían hacer en grandes extensiones territoriales, medianías, con bosques y arboledas en más altura para la producción de leña, en este caso de Agaete hasta Tamadaba y las condiciones climatológicas subtropicales de las islas, hacían posible la implantación de la industria azucarera como la que nos ocupa, el Ingenio de Agaete”.

Al final de la conferencia hubo un interesante debate en el que se terminaron de cambiar impresiones sobre la información arqueológica recibida y los proyectos que deberían estar ultimados como es el de la rehabilitación, conservación e investigaciones en otros yacimientos y restos de Ingenios azucareros, el de Los Picachos de Telde es un ejemplo de importancia histórica relevante.

El Cronista Oficial de Telde, Director de la Casa Museo de León y Castillo y Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Historia, D. Antonio María González Padrón, asistente al acto, comenta que hasta hace treinta años se conservaron cuatro Picachos, el pintor teldense José Arencibia ya pensó y dibujó un parque, creando un centro de estudios al respecto y pinta los frescos del Instituto Laboral, entre los que se alzan los emblemáticos y majestuosos Picachos. El arquitecto Pastrana crea un proyecto dentro de su ubicación urbana. Igualmente menciona edificios que están abandonados y de gran importancia como el complejo que Hernán García del Castillo, el Joven, levantó en San José de Las Longueras, una verdadera finca-hacienda con molinos, estancias, huertas, casa de esclavos, etc. D. Pedro Hernández Benítez, anterior Cronista Oficial y Párroco de San Juan,  fallecido en 1968, como historiador y escritor, autor de una historia de Telde, el año 1958 coloca una placa de mármol como homenaje y recuerdo al monumento de Los Picachos.

Se dieron respuestas a preguntas como que las primeras plantaciones de caña de azúcar estuvieran relacionadas con la llegada de Pedro de Vera, en 1488 a Las Palmas con especies traídas de Madeira y arribada de portugueses, ya que en el resto del Archipiélago Macaronésico no hay restos de Ingenios, su configuración montañosa, grandes y empinadas cumbres, sin grandes vegas, aunque tenían más agua y madera, no se predisponía a hacer inversiones en grandes cantidades y en el Caribe y territorios de España en América nos facilitaban ese acondicionamiento, tierras extensas, mano de obra, esclavos, el clima y el imperio que surgía después del descubrimiento, óptimo para primar esta industria azucarera.  Se habla de un paralelismo entre el Ingenio de Agaete y el de Telde.

Es necesario crear proyectos para la conservación del Patrimonio y bienes de interés cultural, debido a la falta de concienciación y labor no sea llegado a buen término y muchos de esos proyectos permanecen escondidos u olvidados, muchas veces zonas en los que intereses inmobiliarios de explotación, pérdidas de expedientes hace que estos yacimientos, restos arqueológicos olviden su propia identidad y se pierda el interés por su realidad e importancia histórica que tuvieron.

Grupos,  colectivos ecologistas, asociaciones de vecinos, se concentran en los lugares donde estos restos, señas de la cultura propia de un pueblo han sido localizados y reclaman de las Instituciones la obligación y el compromiso de mantener para la historia el mensaje para los que fueron concebidos. Caso es el mencionado Ingenio de Los Picachos de Telde, en el que el 14 de febrero, el colectivo Turcón Ecologistas en Acción desde hace quince años, se manifiestan para reclamar su rehabilitación, investigación y conservación, como testimonio y parte importante del desarrollo histórico, económico y social que representó en aquellos siglos para la primera ciudad episcopal del Archipiélago, la Ciudad de Telde.

Desde Telde: Jesús Ruiz Mesa, 18.02.09      

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