Manuel Ansede
Público, 10 octubre 2007
El motor de la industria de los biocombustibles se ha parado. Una fuente de energía limpia, inagotable e independiente de los vaivenes de las grandes potencias petrolíferas era el sueño de cualquier dirigente. Sin embargo, el panorama ha dado un vuelco en los últimos meses.
La conocida como crisis de la tortilla, provocada por la subida del precio del grano en México tras el aumento de la demanda de maíz en EEUU para fabricar bioetanol, empezó a ensuciar la imagen de los combustibles verdes.
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