El pronunciamiento de la federación de ecologistas canarios fue tras el debate y toma de acuerdos de una proposición presentada y leída en el Consejo Federal por Turcón Ecologistas en Acción: la misma fue un mandamiento de la asamblea de Turcón del 15 de julio de 2022.
La Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, reunida el pasado sábado 8 de octubre en Consejo Federal, máximo órgano de decisión democrática entre asambleas federales con representación de los diferentes colectivos que conforman la organización, ha decidido secundar la manifestación convocada el 22 de octubre en Gran Canaria contra la Central de Bombeo Reversible Chira-Soria, convocada en Las Palmas de Gran Canaria a las 11 de la mañana en el Parque San Telmo. Hacemos un llamamiento a la ciudadanía para la participación en la misma, con el objetivo de visibilizar el descontento hacia un modelo económico y una transición energética con un gran impacto ambiental, injustos socialmente y a la medida de los grandes poderes económicos y las transnacionales.
Ben Magec-Ecologistas en Acción, como ha venido haciendo en las alegaciones presentadas al mismo, insiste en su cuestionamiento del proyecto con los siguientes argumentos:
·El proyecto actualmente sobre la mesa conlleva grandes afecciones a zonas de alto valor ambiental que se encuentran dentro de la Red Natura 2000 y están declaradas como Zonas de Especial Conservación por la Unión Europea: ZEPA Ayagaures y Pilancones, ZEC Franja Marina de Mogán, ZEC El Nublo II y ZEC Macizo de Tauro II. Además, lo aprobado por el Gobierno de Canarias y promovido por el Cabildo de Gran Canaria contraviene los informes técnicos de la propia corporación insular en aspectos de gran impacto como el tendido aéreo de alta tensión, que incumple el Plan Insular de Ordenación y el Plan Territorial de Corredores Eléctricos.
·Existe el riesgo de que con la puesta a disposición de la multinacional Red Eléctrica, los embalses de Chira y Soria por un plazo temporal que puede alcanzar los 75 años, no se desprende de la documentación estudiada las garantías de la gestión hídrica del barranco de Arguineguín y de la isla en general, al no disponer las instituciones competentes libremente de esas infraestructuras para la gestión pública de las aguas y para garantizar que se destinen a los usos prioritarios.
·En ninguno de los documentos de planificación hidrológica del Consejo Insular de Aguas se prevé la existencia de centrales de bombeo reversibles alimentadas por estaciones desaladoras de agua de mar y cuyo destino sea el uso industrial para el almacenamiento de energía eléctrica y el uso para riego agrícola. Además, desde el punto de vista de la eficiencia, es cuestionable subir agua desalada a la cumbre mientras la que nace en las cabeceras de barranco baja a la costa, pudiendo ser sustituida por aguas regeneradas.
• La organización Ben Magec-Ecologistas en Acción es plenamente consciente de la emergencia climática global, de la crisis de abastecimiento de fuentes energéticas convencionales y, por tanto, del imperativo de transitar hacía un nuevo modelo energético bajo en emisiones de carbono y que facilite una mayor cuota de autoabastecimiento. No obstante, no puede hacerse esta transición a cualquier precio y sin la realización de un proceso de participación de la ciudadanía riguroso.
·Hemos pasado de décadas de absoluta pasividad por parte de las administraciones a un relato de la urgencia, que nos exige que asumamos ciegamente los costes sociales y ambientales del aluvión de infraestructuras de almacenamiento y generación que pretenden implementarse con el objetivo de bajar emisiones. Ello sin que se haya hecho un proceso de planificación estratégica participativa en la que la ciudadanía insular y los diferentes sectores involucrados puedan pronunciarse. No se ajusta a unos mínimos requisitos de exigencia democrática que, mientras se debate el Plan Energético de Canarias, se hayan otorgado ya múltiples concesiones a diversas multinacionales, con la consiguiente afección a sectores vitales como el agrícola.
·La elevada huella de carbono producida por la sociedad canaria no es achacable solo a su sistema eléctrico. Hay que hablar también de la huella de CO2 de nuestro insostenible modelo turístico, nuestro modelo de movilidad que sigue apostando por las grandes infraestructuras y el coche privado, y nuestro abastecimiento alimentario, que importa la mayor parte de lo que consumimos sin determinación para revertir el abandono de la actividad agraria insular.
Lejos de ser la sociedad civil y las entidades públicas las que encabecen la necesaria transición energética, están siendo las grandes empresas y el capital transnacional los que marcan la hoja de ruta sobre dónde y cómo se instalan los proyectos de energías renovables. Previsiblemente, esta presión irá en aumento como consecuencia de la gran cantidad de fondos europeos destinados a este tipo de proyectos. En este sentido es prioritario buscar mecanismos que prioricen instalaciones impulsadas por la iniciativa local y municipal, por las comunidades energéticas y las cooperativas.
La manifestación del 22 de octubre es una oportunidad también para visibilizar el hartazgo social hacia multitud de proyectos ahora mismo en marcha, lesivos para un territorio limitado y castigado como el nuestro, que vuelven a incidir en la vieja receta del crecimiento desmesurado, la apuesta por la expansión urbana, las carreteras y obras sobredimensionadas y la hipertrofia del sector turístico que buena parte de la sociedad civil lleva años sufriendo y denunciando. Algunos de ellos están suscitando una gran respuesta social, como el proyecto Cuna del Alma, las regasificadoras del Puerto de La Luz y Granadilla, los hoteles ocupando el dominio público marítimo terrestre en las Dunas de Corralejo, los trenes, la tangencial de Telde y un sinfín de conflictos territoriales.
Las grandes infraestructuras como las dos nuevas centrales térmicas de gas, la ocupación masiva de espacios agrícolas con energía solar, los grandes parques eólicos marinos o terrestres y la propia central Chira-Soria, más allá del debate sobre su mayor o menor idoneidad como sistema de producción, almacenamiento y regulación, son indicativos de un modelo de transición energética previsto para el conjunto del archipiélago donde poco se habla de la necesidad del ahorro y eficiencia energética y la reducción del consumo. La penetración de las renovables se plantea solamente como un fin en sí mismo, vinculadas a grandes procesos especulativos en suelo rústico, y no como una oportunidad para desarrollar un modelo energético que empodere a la ciudadanía y a las instituciones públicas. Se facilita el desembarco de megaproyectos de multinacionales que bajo la figura de “interés general” pasan por encima de la protección de los espacios naturales y el suelo rústico, inutilizando el mismo para otros usos prioritarios y ocupando espacios con alto valor ecológico. A este respecto, es necesario recordar que el Plan de Transición Energética 2030 se encuentra actualmente en exposición pública por un periodo de tiempo que, como viene siendo costumbre, es incomprensiblemente corto para un tema tan complejo y trascendental para nuestro devenir como pueblo y el futuro de nuestro territorio.
Los siguientes colectivos, asistentes al Consejo Federal de Ben Magec-Ecologistas en Acción de fecha 8 de octubre de 2022, han decidido secundar la manifestación convocada el 22 de octubre en Gran Canaria contra la Central de Bombeo Reversible Chira-Soria:
– Ecologistas en Acción de Tenerife
– Coordinadora Ecologista El Rincón
– La Centinela Ecologistas en Acción
– Asociación Biocultural La Foresta
– Turcón – Ecologistas en Acción
– La Vinca Ecologistas en Acción
– ASCAN
– Ecologistas en Acción de Las Palmas de Gran Canaria
– Imidauem
– Mojo de Caña
– La Carrucha Verde
– Agonane Ecologistas en Acción
– Selvican